Descripción
El niño tiene un impulso natural de crecer y perfeccionarse por sí mismo. Por lo tanto, educar es guiar el desarrollo de la vida del hombre y del medio ambiente que le rodea.
La propuesta pedagógica de María Montessori sostiene que el proceso de crecimiento, maduración, individualización y el resultado del desarrollo de las potencialidades humanas, deben adaptarse al desarrollo del patrón específico de la especie humano.
El hombre se hace un ser humano viviendo entre seres humanos. Esto no puede adquirirse sin la ayuda de los adultos, la cual solo puede obtenerse si el adulto ve con más respeto el esfuerzo del niño por construirse a sí mismo y asimila el amor como la fuerza que une su relación con él.
Sin embargo, no es el adulto quien debe fijar el camino que ha de seguir el esfuerzo del niño, “sólo la naturaleza, que ha establecido unas leyes determinadas y que ha fijado algunas necesidades del hombre en vías de desarrollo, puede dictar el método educativo preciso, que consiste en satisfacer las necesidades y las leyes de la vida”