La música en Montessori está dentro del área de Sensorial, al igual que el resto de áreas no es un apartado aparte, sino que está englobado en todo lo que hace el niño a lo largo del día. Hay un mueble concreto donde están los instrumentos musicales, entre ellos Las Campanas, que son uno de los materiales Montessori más bellos, y del que voy a hablar en este post.
La música es muy importante en la formación del niño porque conecta con su mente matemática y porque le ayuda en el desarrollo del lenguaje y la expresión. La música tiene su propio lenguaje, su propia escritura. Si el niño la aprende está creando nuevas conexiones neuronales que le van a permitir aprender otras lenguas. Además, los niños que desde pequeños están en contacto con la música, mediante canciones y ritmos, van a tener una mejor expresión verbal.
En el aula Montessori se deben tener una gran variedad de instrumentos musicales: maracas, tambor, timbales, triángulo, xilófono, etc. Se les muestra a los niños cómo se tocan y podemos hacer ejercicios en grupo o de forma individual. Se cantan canciones y se escucha música. Se suele tener un lector de cd con auriculares para que los niños lo escuchen individualmente como una actividad más del ambiente.
LAS CAMPANAS
Si hay un instrumento esencial Montessori y que no puede faltar en un ambiente son las campanas. Fueron creadas por María Montessori.
Son 8 campanas dobles metálicas colocadas sobre unos tableros de madera, 8 tienen base blanca y corresponden a la escala Do Mayor (Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si, Do, Si, La, Sol, Fa, Mi, Re, Do) y las otras 8 tienen base marrón que corresponden en sonido a las de basa blancas. (Son las mismas duplicadas).
También hay 5 campanas duplicadas, 5 con base negra que corresponden a los sostenidos y bemoles y 5 con base marrón que corresponden a las de base negra.
El soporte de madera es similar a las teclas de un piano. Se tocan con una baqueta y se silencian con un silenciador.
Las campanas se empiezan a mostrar cuando el niño es capaz de trabajar con cuidado y de forma organizada, después de que hayan trabajado con el material de cilindros de sonido, normalmente a partir de los 3 años y medio.
La guía y los niños más mayores del ambiente tocan las campanas de vez en cuando y eso estimula el deseo de los más pequeños de conocerlas.
Muchas presentaciones pueden hacerse con este material, desde la más sencilla que consiste en tocar una campana hasta presentaciones de lenguaje musical en las que el niño conoce las notas y crea melodías. Es un material que requiere cierto conocimiento musical por parte de la guía, si ella no puede hacer las presentaciones más complejas puede entrar al aula una especialista en música.
La primera presentación consiste en invitar a un grupo pequeño de niños, unos 3 o 4, a acercarse al mueble de las campanas. La guía coge la baqueta y haciendo movimiento pendular toca las campanas una a una en escala ascendente y luego descendente. Después de esta presentación en grupo la guía llama a cada niño de forma individual, le enseña como coger la campana por el tronco, sin tocar el domo de metal, para llevarla a una mesa. La guía coge la campana y la pone al lado del oído del niño, le dice que la va a tocar y que le avise cuando ya no la escuche. Repite este ejercicio y después le pide al niño que lo haga él. Al terminar le muestra cómo usar el silenciador diciéndole: “el silenciador sirve para detener el sonido”, toca la campana, coge el silenciador y con el fieltro del mismo toca la parte inferior de la campana, así el sonido cesa. Invita al niño a tocar y silenciar. Para terminar muestra al niño cómo llevar la campana al estante, colocarla en su lugar y tocar todas las campanas en escala ascendente y descendente. Esta es la presentación más básica, a partir de la cual se van haciendo más complejas.
La presentación 2 consiste en emparejar campanas según el tono.
La presentación 3 es lenguaje musical (nombres de las notas).
Sucesivamente con el resto de presentaciones se les enseñan los sonidos, los tonos, semitonos, hacer gradaciones, el pentagrama, etc., hasta llegar a una educación musical avanzada.
Las campanas son un material delicado y necesitan unos cuidados que debemos hacer ver a los niños. El domo no se debe tocar con las manos porque se desafinan y es difícil afinarlas, no debe tampoco limpiarse con ninguna sustancia, sino quitarle el polvo con un plumero o una brocha muy suave. Al final del día debemos taparlas con un paño.
El propósito de las campanas es educar y refinar el sentido auditivo del niño y prepararle para la educación musical.
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Por Meritxell Blasco Pardos
Guía Montessori para niños de 3 a 6 años. Formación AMI y psicología