María Montessori nació el 31 de agosto de 1870 en Chiaravalle (Italia). Han pasado 150 años y su pedagogía está más viva que nunca. Su vida es contradictoria en algunos aspectos pero nadie puede dudar que la dedicó entera a los niños.
Empecemos por el principio.
Sus padres eran Alessandro Montessori y Rendile Stoppani. Alessandro era militante del partido liberal y luchó por la independencia de Italia, pero no había coherencia en su forma de ser, pues mientras en la calle y en el partido se mostraba liberal, en su casa era un hombre muy conservador, con un carácter fuerte, exigente y autoritario, que chocaban con algunos aspectos de María. Su madre era más cercana, una mujer culta y de mente abierta que apoyó a María en todo momento.
En 1882 se mudan a Roma y dos años después María se inscribe en la Escuela Técnica de Ingeniería, a pesar de que su padre se oponía porque quería que estudiara para maestra o enfermera, carreras destinadas a las mujeres en aquella época. Después de un año en ingeniería cambió de opinión y entró en la Escuela de Medicina.
Fue la primera mujer italiana en graduarse en medicina, en la Universidad de Roma. Se especializó en enfermedades nerviosas y mentales, lo que ahora es psiquiatría. Durante la especialización conoció al hombre del que se enamoró profundamente, el Dr. Montesano, que será el padre de su hijo.
Le dan el cargo de profesora en la clínica psiquiátrica de la Universidad de Roma y entra en contacto con niños con retraso mental, en este primer contacto se da cuenta y se impresiona del total abandono de estos niños, y esto le lleva a trabajar con especial atención con ellos. Estudia los trabajos de los médicos franceses Itard y Seguin, que crearon material para niños de educación especial. Parte del material de sensorial utilizado por María estaba basado en los materiales de estos médicos.
María empieza a ver que los niños que estaban en psiquiatría estaban sucios y abandonados, así que empieza a darles ejercicios y material para que se limpien, se da cuenta que el mero hecho de limpiarse hace que los niños empiecen a sentirse dignos y valiosos. En estos momentos crea los ejercicios de vida práctica y logra que los niños desarrollen un espíritu de confianza en sí mismos, independencia y autodisciplina.
También se da cuenta que los niños de la clínica no tienen problemas psicológicos, sino educativos, ya que no han tenido un desarrollo adecuado, no han tenido un acercamiento ni guía de un adulto, por eso parece que tienen un retraso mental pero es sólo un retraso educativo. En 1898, después de ser guiados por María, estos niños hicieron un examen junto con niños sin problemas para comprobar el nivel educativo y de inteligencia y para sorpresa de todos, los niños con problemas obtuvieron los mismos resultados que los otros. En este mismo año, la Dra. Montessori asistió al Congreso de Maestras de la Escuela Elemental de Torino, donde presentó el resultado de sus trabajos y afirmó que el niño con retraso debía ser tratado con un acercamiento pedagógico y no médico. A raíz de su participación en este congreso se crearon las primeras escuelas de educación especial en Italia.
Durante esta época María y el Dr. Montesano tienen una relación y se queda embarazada. Él se niega a casarse con ella y a reconocer a su hijo, presionado por su madre para que no lo haga. María tiene sola a su hijo, Mario, que nace en marzo de 1898. Al nacer la familia del Dr. Montesano se lo quitan y lo llevan a vivir al campo con una familia que lo cuida. Le dan permiso a María para ir a visitarlo una vez a la semana, ella va todas las semanas a visitarlo hasta que Mario cumple 15 años y su madre le cuenta lo ocurrido. A los 17 años se va con ella a EEUU y allí comienza la verdadera relación entre madre e hijo, tanto en lo personal como en lo profesional. Mario acompañó a su madre en todos sus viajes y proyectos.
Entre 1900 y 1912 se realizan en Roma diversos proyectos de apoyo social a personas sin recursos. Uno de ellos consiste en rescatar edificios abandonados para reconstruirlos, el director del proyecto Eduardo Talamo, le ofrece a María Montessori, encargarse de organizar escuelas infantiles para niños sin recursos en estos edificios remodelados. Así empezó María a trabajar con niños de 3 a 6 años, hijos de familias de escasos recursos, de padres analfabetos que trabajaban fuera de casa todo el día y sus hijos necesitaban a alguien que les atendiera. Al principio estas escuelas no tenían nada, le dieron una habitación vacía que ella fue amueblando y poniendo material. Empezó colocando los ejercicios de vida práctica para que los niños se lavaran y cuidaran del ambiente y siguió con el material de sensorial. Después fue creando el material de lengua y matemáticas. Lo colocó todo en el ambiente siguiendo un orden psicológico que se adaptara al desarrollo del niño. Los niños elegían el material que querían trabajar y ella observaba que materiales funcionaban y cuales no, y así los iba modificando.
Su intención no era hacer un método educativo sino estudiar la forma de desarrollo de los niños.
El 6 de enero de 1907 surgió la primera Casa dei bambini en el barrio de San Lorenzo, Roma. Al siguiente año creó otra en Milán. Con una atmósfera especialmente preparada para los niños y un material preciso y apto para la auto corrección, la casa atrajo la mirada del mundo y era visitada por educadores de todas partes. A partir de entonces empieza a abrir escuelas por el resto del mundo y a impartir cursos para formar guías Montessori.
“Cuando se pusieron esos niños a mi cuidado, sentí que iniciaba algo muy grande: encontré el tesoro escondido en el alma infantil.”
(Maria Montessori)
Empieza a observar como los niños desde muy pequeños ya tienen una energía psíquica que les guía, no se trata de enseñarles nada sino de ver como aprenden solos con lo que tienen a su alcance. Si el niño crece en un ambiente de felicidad, armonía y libertad aprende sin esfuerzo, a través de la mente absorbente. (Si queréis leer más sobre esto os dejo un post que publicamos hace un tiempo.)
En 1929 se celebra el I Congreso Internacional Montessori en Dinamarca, durante el cual funda la Association Montessori Internationale (AMI) cuya sede se encuentra en Amsterdam (Holanda) en la misma casa de María.
En 1938 es invitada a ir a India por la sociedad Teosófica para dar unos cursos. Estando allí se inicia la 2ª Guerra Mundial y no puede salir de India en 7 años, donde la dejan recluida bajo la guardia de la sociedad teosófica pero a su hijo lo meten en un campo de concentración. En 1940, el 31 de agosto, justo el día del cumpleaños de María, los británicos liberan a su hijo. Durante estos años de reclusión en India desarrolla los planteamientos pedagógicos referentes a los niños de 6 a 12 años.
En esta época escribe sus libros más conocidos:
- El niño, el secreto de la infancia (1936)
- La educación por un nuevo mundo ( 1946)
- La mente absorbente ( 1950)
- Educación para la paz (1950)
El 6 de Mayo de 1952, con 82 años, fallece en Noordwijk, Holanda. Muere sentada en una silla mientras le dice a su hijo que vaya a buscar la bola del mundo para decidir si iban a África a seguir expandiendo el método. Mario va a por la bola y al volver está muerta.
Tras la muerte de su madre, Mario siguió difundiendo el método, continuando con los cursos de formación y dirigiendo la Asociación Montessori Internacional (AMI) con sede en Holanda, que es la encargada de salvaguardar el legado de la Dra. Montessori.
Por Meritxell Blasco Pardos
Guía Montessori para niños de 3 a 6 años. Formación AMI y psicología